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Partido: 12-09-1947

Viernes, 12 de septiembre de 1947

 

  • CLUB DEPORTIVO TENERIFE
  • REAL MADRID

 

Stadium Tenerife

  • Se ha roto la tradición
  • Los madrileños derrotaron a los blanquiazules tiñerfenos

1 - 4. Ante millares de espectadores, la tradición en los encuentros  Real Madrid-Deportivo Tenerife quedó rota, sufrió un durísimo golpe, con la gran victoria obtenida por los Campeones de España sobre el histórico once tinerfeño. Victoria merecida, justa, a la que no se le puede buscar paliativos, sino reconocer noblemente como lógica a favor de quienes sobre la cancha fueron siempre mejor que los tinerfeños: los madrileños.

Existía por este segundo encuentro un interés mucho mayor que por el anterior. El aficionado deseaba ver un nuevo triunfo de los locales, aunque tenía sus dudas sobre "cómo podría conseguirse sí el Madrid salía a jugar todo lo que sabía". Y la duda, como el cuadro merengue visitante lo dio todo en el curso de los noventa minutos de juego, se convirtió en la realidad más penosa para todos, porque los nuestros fueron vencidos por juego, por entusiasmo, porque enfrente tenían un gran cuadro.

El once campeón de España jugo hoy muy bien, a satisfacción de todos. En la primera parte no se movió con el mismo entusiasmo y ardor que en la siguiente. Jugó bien, pero no tanto como en la continuación. Y en ésta fue donde demostró que es un excelente conjunto y que merece llevar el título de Campeón de España.

La derrota del Tenerife no ha sorprendido a la afición. Ha recibido el resultado adverso con deportividad y reconocimiento la superioridad del contrario, quien le ganó por juego y entusiasmo. Ha salido del Estadio casi podemos decir satisfecho, porque el Real Madrid no ha defraudado. Jugó intensamente las dos partes, y de una manera especial, la segunda que fue la mejor del encuentro.

El Deportivo se batió con interés, con alma, poniendo sus jugadores mucho entusiasmo en la brega, pero fue impotente ante las líneas defensivas del Madrid. Sus delanteros se desconcertaron muchas veces ante Bañón. Estuvo bien la zaga local y regular la media. El meta, Manolito, bastante irregular. Paró balones muy difíciles, pero dejó llegar a la red otros que debió sujetar con más facilidad.

Por este encuentro había más expectación que por el anterior y el Estadio presentada a la hora de iniciarse el juego, un aspecto realmente magnífico.

El partido comenzó a jugarse con gran rapidez y entusiasmo por ambas partes, no inclinándose el dominio a favor de ninguno de una forma notable y clara. El Deportivo se mostró muy peligroso por las alas, haciendo entrar en juego continuamente a la zaga adversaria. Y en una de estas jugadas, Peregrino obtuvo el primer gol de la tarde y único de su equipo, que fue recibido con una ovación formidable, esperanza de más felices intervenciones y aumento del tanteo. Pero el Madrid reaccionó valientemente, interesado en no ser vencido nuevamente. Y fue Luis Molowny quien batió la portería local en bella jugada, haciendo así la igualada a un gol, con cuyo resultado finalizó el primer tiempo.

Al iniciarse el segundo, en los jugadores del Madrid se observa un deseo franco en la victoria. Sus hombres se entregan a la lucha intensamente y procuran el gol por la vía rápida, disparando con frecuencia al marco y dominando a los locales. Una de sus jugadas termina con un disparo de Pruden, que coloca el dos-uno en el marcador. Se animan los madridistas y es el mismo Pruden quien consigue el tercero. A partir de este momento, en las filas tinerfeñas se nota cierto decaimiento. El Madrid demuestra ser más equipo, más hecho a jornadas intensas, llenas de dificultades que superan y al vencerlas batan la portería de Manolito con otro disparo del mismo delantero centro.

El cuatro-uno que señala el marcador es el reflejo de un jugar más positivo, mejor conjuntado que el del Tenerife, quien se defiende con valentía del acoso, pero sin poder crear El cuatro-uno que señala el marcador es el reflejo de un jugar más positivo, mejor conjuntado que el de Tenerife, quien se defiende con valentía del acoso, pero sin poder crear peligros ante el marco de Bañón, ya que sus delanteros no ligan con estilo y no se muestran pródigos en el disparo.

Y acabó así este encuentro con dominio favorable a los visitantes, que han logrado una gran victoria, muy merecida y que refleja la superioridad de juego.

Luis Molowny, el gran jugador canario del Madrid, se presentó hoy ante sus paisanos, los que tenían unos deseos enormes de verle jugar en su propia "salsa", rodeado de los excelente compañeros que tiene en el cuadro campeón de España. Su actuación no fue todo lo lucida que se esperaba, debido a la lesión que padece. Molowny jugó solo por complacer al numerosísimo público que acudió al Estadio ilusionado con su jugar bello y magnífico. No salió defraudado pese a lo poco que hizo. Se convenció de la alta calidad de jugador que lleva dentro. Gustó por la elegancia de sus pases y la serenidad admirable que posee para desenvolverse en el menor espacio de terreno, sin tropezar con el contrario y burlarlo con habilidad suma. En fin, causó buena impresión.

El encuentro fue arbitrado por don Antonio Llombet, quien realizó una labor magnífica, siendo ovacionado por su impecable dirección.